Durante muchos años el tratamiento del cáncer ha estado condicionado exclusivamente por el sitio de origen del tumor, la histología y el estadio de la enfermedad. Pero en la actualidad, la expresión de determinadas características genómicas, denominadas biomarcadores, permite seleccionar un tratamiento diferente para dos personas que padecen el mismo tumor*.

De acuerdo con la definición de la Organización Mundial de la Salud, un biomarcador es una sustancia, estructura o proceso que puede ser medido y que puede predecir o influir en la predicción del curso o la incidencia de una enfermedad.

Existen varios marcadores que se utilizan en el diagnóstico del cáncer como N-MYC y C-MYC, ALK y NTRK. Estos marcadores permiten tratar tumores específicos con una aproximación basada en la medicina de precisión.

Sin embargo la regulación de nuestro país no facilita la disponibilidad de estos productos, los biomarcadores predictores de respuesta, ya que al no ser un medicamento no se financian y no se incorporan en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud junto al medicamento al que van vinculados, afirmaba Pilar Garrido presidenta de Facme en una entrevista a medios. De este modo, se producen diferencias entre comunidades autónomas ya que, aunque tienen su propia capacidad de decisión, no todas evalúan los mismos aspectos para determinar la inclusión de productos de diagnóstico in vitro en su cartera.

Durante la comparecencia ante el senado, estos expertos lanzaron una batería de propuestas en el ámbito de la autorización, reembolso y financiación de los biomarcadores predictores de respuesta como por ejemplo la actualización de la cartera común de servicios del SNS para que los incluya.

El uso de estos biomarcadores, no solo puede ser el futuro de la asistencia sanitaria si se sigue apoyando la investigación en este campo, sino que es el presente y determina el uso de un medicamento u otro en pacientes oncológicos ya diagnosticados. Gracias a las herramientas de genómica de nueva generación, la medicina de precisión ha llegado actualmente a la práctica planteando nuevas oportunidades y desafíos trayendo múltiples beneficios a los pacientes y sus familias, por lo que el acceso equitativo a los biomarcadores predictores de respuesta será un paso decisivo en la lucha contra el cáncer.